lunes, noviembre 28, 2005

el dinero y sus virtudes

El dinero es tan importante como el lenguaje, y sin ello no se puede hacer nada. Ayer me preguntaba cómo se podría conseguir sin dinero la comida, la casa, y las demás cosas para una vida conforme debe ser vivida. Lo primero que viene a la mente, es la caza y recolección de alimentos en el campo. La comida es nuestra cárcel y nuestra salvación, como el dinero. Necesitamos el alimento material para poder seguir vivos. En todas las sociedades humanas se depende del vecino para comer o tener el calor de una casa. Los demás nos ofrecen sus productos, nos contruyen el albergue. El dinero surgió por la gran necesidad de simplificar las transacciones. Con unas cuantas monedas compramos pan y no tenemos más preocupaciones. Es un medio de comunicación. Entonces está claro que la primera necesidad del Hombre es alimentarse y la casa. Uno mismo no sabe y no puede conseguir esos bienes. Y cada vez es más y más difícil que una persona normal recolecte un campo de maiz o construya una casa o una choza. Nuestra sociedad ocupada en otras cosas no tiene tiempo de plantar un huerto,y tampoco sabemos hacerlo. Lo que sucede es que el dinero se hace entonces mucho más valioso y más poderoso. Dependemos del frutero y del albañil.
La comida tendría que venir del cielo, como dicen en las religiones el "maná". Lo digo en plan irónico. Sabemos que la comida no puede venir de un milagro. Llevamos muchos siglos en esta Tierra y nos hemos tenido que acostumbrar a sudar sangre para poder seguir vivos. Por eso la religión, que es una aspiración a una vida mejor, cogió ese pensamiento y le puso la palabra "maná", o lo que decían los griegos, "ambrosía".
Hoy me levanté con el pensamiento de que si no buscamos en nuestro interior de nada sirve que sepamos el peso exacto de un átomo, ni que recorramos todas las galaxias existentes. Si no nos encontramos en totalidad no hemos llegado a ninguna parte. Pero el mundo funciona como un robot, todos siguen unas pautas marcadas por el grupo. O se es capitalista o socialista, parece que no hay más variantes. Más bien es que si te sales de eso sufres las burlas de los demás. Yo cada día me salgo de todo lo marcado, en un intento por buscar mi alma. No leo filosofía porque si no salen de mí las teorías no me sirven. Las tengo que conocer en lo más profundo, como una parte de mí.
El dinero es una necesidad que vieron nuestros antepasados y como no encontramos otra solución, seguimos con ello. Si dependemos de los demás, tiene que surgir un medio para que no nos matemos, para dar y recibir sin hacer batallas. Pero no hemos avanzado, seguimos tan distantes unos de otros como en la prehistoria. Si no tienes la moneda para comprar carne, no podrás comer. Entonces tenemos que ir tras la moneda, pero resulta que eso lo da otro humano, tampoco se encuentra en el monte la moneda. Todo queda en una cárcel, que incluso los muy ricos se encuentran dentro con tristeza. Si tienes poco tienes que medir los gastos y la economía. Si tienes mucho no dejas de ver las monedas rodar en tus manos, y por mucho que tengas siempre habrán cosas casi imposibles que te cuesten tanto que tu bolsillo no tenga suficiente. Por eso el dinero no da la felicidad. La felicidad más auténtica es la de encontrar tu vida, encontrar el Todo. Sin embargo, para encontrar eso necesitas beber y comer, y eso se paga con dinero. En eso de depender tan ferreamente a la comida se muestra que tenemos "instintos", igual que los animales. Y eso que nos empeñamos en ser superiores, pero el caso es que no damos la talla. Dependemos todos de la comida y la bebida: y es algo impuesto por la Vida. Aunque el dinero consiga todo eso, no nos aplaca la sed ni el hambre. Y ya comprendo porque en la Biblia se adora a Dios y se habla del becerro de oro. Los antepasados, que estaban sin internet y pisaban suelo natural, veían que no eran todopoderosos, que la Naturaleza les había dado los pulmones, el corazón, etc. Y ellos se arrodillaban a orar, se arrodillaban en signo de agradecimiento y mirando la verdad.
Aunque la Biblia fuera falsa, aunque todas esas cosas nunca hubieran pasado, lo importante es leerla para meditar sobre la existencia, sobre lo más esencial de la Vida. Pocos libros hablan tan directamente y de manera tan sencilla. Habla de cosas que comprendemos todos, y no hay que meterse en medir el número pi, aunque eso nos alegre.
Tendríamos que ver qué somos, para pensar en de dónde venimos. Vernos una vez al día desnudos en frente al espejo. Exponernos un poco al frío y ver cómo no nacimos con ropa, cómo abandonados en el campo nos congelaríamos. Somos superiores porque estamos Vivos.

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